Siete años de Botánico

El Jardín Botánico Atlántico de Gijón celebró su séptimo aniversario con una jornada de puertas abiertas en la que participaron 7.240 personas y que estuvo protagonizada por un homenaje en el centenario de su fallecimiento a Florencio Valdés Menéndez, creador de la finca La Isla, el actual jardín histórico del Botánico.

Fue la bella idea de Florencio Valdés Menéndez, hace más de 150 años, el germen de lo que hoy es el Jardín Botánico Atlántico, uno de los reclamos turístico más exitosos de la ciudad. El gijonés fue el creador de la finca de La Isla , sobre la cual hace siete años el Ayuntamiento edificó todo un complejo dedicado al estudio y la divulgación del mundo de la botánica.

En estos siete años el Botánico ha alcanzado los 425.000 visitantes, pese a que en 2009 se truncó el ritmo ascendente de visitas, ya que "sólo" se registraron 56.000, debido a la coyuntura de crisis económica que atravesamos.

Del conjunto de los visitantes que acudieron al Jardín Botánico Atlántico, el 14%, unos 8.500 el año pasado, se los hay que agradecer a los programas educativos puestos en marcha por sus responsables y que atrajeron a gran cantidad de estudiantes, no sólo de Gijón, sino también del resto de Asturias y de las comunidades autónomas limítrofes.

Para el éxito del Botánico Atlántico, una apuesta por la biodiversidad, la oferta turística y la educación medioambiental, son muy importantes las diferentes actividades organizadas, como las fiestas de los cambios de estaciones, la colaboración con diferentes asociaciones o la apertura en horarios no habituales, como fueron las 'Noches mágicas' o 'Música con raíces', que tuvieron más de 33.000 personas, porque no es habitual que un espacio como este abra por las noches.

El Jardín Botánico, como ser vivo que es, está en constante crecimiento y en la actualidad una escuela-taller trabaja en incorporar un hábitat nuevo. Se trata de las dunas del Cantábrico. Donde se recrearán las zonas costeras del entorno cantábrico para completar, con la vegetación típica de la costa, las zonas ya existentes zonas de bosques y del interior típicos de la Cornisa Cantábrica.