Las buenas condiciones climáticas de las zonas más templadas del cantábrico -con inviernos suaves y precipitaciones constantes-, hacen que sus prados admitan hasta 6 siegas al año. La flora de estos prados -que varía en función de los suelos en que se desarrollan-, es menos diversa. En ellos sobreviven sólo, las plantas capaces de soportar una explotación tan intensa.